| La renuncia de Maria Fernanda Hurtado muestra
complicidad de gobierno y transnacionales
La puerta giratoria: de 'representantes' del país a
funcionarios privados.
Como ya se dio a conocer en algunos medios de
comunicación, la jefa de la mesa de Propiedad
Intelectual del Ministerio de Comercio, Maria Fernanda
Hurtado, renunció a su cargo y hace una semana trabajaen una reconocida trasnacional farmacéutica Suiza, Novartis, país con quien -a propósito- Colombia
negocia actualmente un TLC.
Es bien conocido por todos los colombianos que los
funcionarios oficiales no tienen ningún código ético y
moral cuando pasan de ocupar cargos públicos a
privados y viceversa. Y al parecer esto es más común
en quienes 'representan' al país en los acuerdos de
libre comercio. Recordemos que el Ministro de
Comercio Jorge Humberto Botero un día después de
firmarse el TLC con Estados Unidos aceptó un
importante cargo en el Banco Mundial, pago por el país
de quien había aceptado todas las imposiciones en
contra del desarrollo colombiano.
Hace tan solo tres semanas Sandra Suárez, nombrada en
julio como Consejera Presidencial para presionar la
aprobación del TLC con Estados Unidos, renunció para
aceptar un cargo en la trasnacional farmacéutica
estadounidense Wyeth.
Parece que el paso por los equipos de negociación
colombianos en los acuerdos comerciales es un buen
entrenamiento que saben valorar las trasnacionales
extranjeras, o un buen premio a la labor cumplida en
las mesas. Los casos de Suárez y Hurtado dejan la
impresión que los negociadores colombianos van a las
rondas con su hoja de vida debajo del brazo, asumiendo
la mejor actitud ante sus futuros empleadores. En el
caso de
Hurtado, con el agravante que las dos primeras rondas
de negociación con la Asociación Europea de Libre
Comercio (Suiza, Islandia, Noruega y Liechtenstein)
fueron para coordinar su ingreso a la trasnacional
suiza. Aún así, el gobierno nacional nunca dio una
declaración oficial y escondió la información de su
renuncia durante casi un mes, pues para la tercera
ronda en Ginebra a finales de octubre ya estaba
definido su cargo en Novartis.
Esto demuestra que las negociaciones no son más que
una pantalla que oculta la entrega de la soberanía
nacional, y que estos funcionarios no defienden el
interés general sino su propio beneficio particular,
que termina siendo el mismo que imponen las
trasnacionales extranjeras en contra del bienestar de
la mayoría de la población. |
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