Friday, December 7, 2007

Hijo del Canciller estuvo trabajando por el TLC en Estados Unidos con una visa de turista y para Intereses privados

 Semana, Diciembre 06 de 2007

 Política exterior

El hijo del Canciller reconoce que estuvo trabajando en Estados Unidos con una visa de turista  
 
Luis Ernesto Araújo dice que él no ve ningún delito en esta situación. Entre tanto, su padre, el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, y la embajadora en Washington, Carolina Barco, deben aclarar ante la Procuraduría por qué se permitió esta anomalía.

"La visa de turista no sólo es para ir a Disney, con visa de turista también se puede ir a Washington y entrar al capitolio", dijo en La FM el hijo del canciller Luis Ernesto Araújo. "Lo único que hacía era apoyar a Colombia en un tema específico que era el Congreso" agregó, aceptando implícitamente que cumplía con funciones diplomáticas, a pesar de que no estaba autorizado para hacerlo.

La entrevista se dio en un marco especialmente delicado por los últimos hechos relacionados con su trabajo en la embajada en Washington: el procurador general de la Nación, Eduardo Maya Villazón, anunció que "inició indagación preliminar contra los doctores Fernando Araújo Perdomo y Carolina Barco Isackson, en sus calidades de Ministro de Relaciones Exteriores y la Embajadora en Washington, por posibles irregularidades relacionadas con la permanencia del hijo del señor canciller en la citada embajada, sin vínculo laboral para cumplir funciones".

El Procurador también explicó que había varias solicitudes para que se adelantara la investigación. Lo que preocupa no es el "altruismo patriótico" con el que los Araújo han justificado que Araújo júnior hubiera permanecido en la Embajada para apoyar el TLC, sino que se hubiera violado la regularidad de las funciones públicas, lo que Maya considera es una "falta gravísima" que pone en entredicho la trasparencia y las condiciones en que se deben ejercer las funciones públicas".

Los interrogantes sobre el papel que desempeñaba Luis Ernesto Araújo en Washington son muchos. Todo comenzó cuando el periodista Gustavo Gómez en la cadena básica de Caracol comenzó a indagar sobre el papel que ejercía. Se conoció que Luis Ernesto, luego de que su padre fuera nombrado Canciller por el presidente Uribe, decidió retirarse de la nómina del gobierno, para que su permanencia en Washington no fuera interpretada como nepotismo. Sin embargo, por petición de Carolina Barco, la actual embajadora, y según él, por el mismo Presidente, decidió quedarse "apoyando a la Embajada en cualquier tema que tuviera que ver con el Congreso, no podía decirle que no a esa solicitud", como dijo este jueves en La FM.

Esta fórmula ha devenido en un gran número de críticas, pues resulta impresentable que durante ese tiempo, así no devengue salario, o precisamente por ello, actúe como miembro de la delegación diplomática y acceda a información exclusiva de la Embajada argumentando un favor al país. De comprobarse habría incurrido en una extralimitación de sus funciones. "La forma de vinculación del servidor público es a través de un contrato por prestación de servicios. De lo contrario un ciudadano se considera ajeno a la gestión pública", aclaró Maya.

No obstante, mientras cumplía con esas tareas tenía visa de turista, que no lo autorizaba para hacer ningún tipo de trabajo, ni siquiera voluntariamente como ha argumentado. Otra de las preguntas que siguen vigentes es que si no estaba recibiendo sueldo de la nómina oficial, ¿quién le pagaba? No parece lógico que alguien ofrezca sus servicios de manera gratuita, a lo que su padre, en entrevista con La W respondió que le pagaban empresas particulares, argumento que no lo favorece ya que su visa de turista le impide trabajar y hacerlo es ilegal.

En ese río revuelto, una de las personas que salió perjudicada fue la periodista Paola Ochoa. Ella fue a trabajar en la oficina de prensa de la Embajada. Pero, llevaba apenas unos días en su nuevo cargo cuando intempestivamente fue declarada insubsistente por medio de un decreto de la Cancillería. Se dijo que su salida obedecía a una carta que ella había enviado a The New York Times luego de que este publicara un artículo que pedía al Congreso norteamericano que retrasara el TLC. La carta fue enviada por iniciativa propia de la comunicadora sin ser valorada por la Embajada, pero fue avalada por algunos miembros de la Cancillería y de Palacio. Sin embargo, el malestar generado por la carta fue el argumento para su despido, aunque se rumora que el motivo real fue que el canciller, Fernando Araújo, creyó que Ochoa era una de las causantes de los comentarios que habían despertado suspicacias sobre su hijo.

Para que la situación fuera aun más rocambolesca ahora trascendió que pese a la petición de Uribe del reintegro de Ochoa, a través de un decreto, el Canciller no lo ha autorizado.

Todavía no se sabe qué significa a ciencia cierta el argumento de Araújo júnior de que cumplía funciones de "apoyar a Colombia en el Congreso". Falta ver hasta dónde llega la Procuraduría en este caso que deja mal parada la gestión de la Cancillería colombiana.

En la entrevista de La FM el joven Araújo aceptó que él había entrado a la sesión de la asamblea anual de las Naciones Unidas, un espacio al que solo tienen acceso los jefes de estado y los integrantes más cercanos de su equipo debidamente identificados. Al preguntársele cómo había hecho para entrar allí si no tenía pasaporte diplomático, no tenía contrato con la embajada en Washington y no era parte de la comitiva que había viajado desde Bogotá con el primer mandatario, reconoció que fue difícil pero que el presidente Uribe fue quien  lo ayudó.

El joven Araújo concedió la entrevista desde Washington en momentos en que se alistaba para viajar a Cartagena porque ahora trabajará con la recientemente elegida alcaldesa Judith Pinedo, quien lo llamó a formar parte de su equipo.
 

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